El estudio “Gestión y Distribución del Tiempo de las Mujeres y Hombres en el Perú”, realizado por Centrum Think de Centrum PUCP, evidencia la desigualdad de género en el ámbito laboral.
Dada la creciente incorporación de la mujer al mundo laboral, dos ámbitos que a veces compiten por su tiempo son el trabajo y el hogar, sobre todo porque la cultura en el Perú parece todavía esperar que las mujeres mantengan la mayor proporción de la responsabilidad de los trabajos del hogar.
“Las mujeres tienen una menor disponibilidad de horas para la realización de actividades personales en comparación con los hombres”.
El estudio sobre “Gestión y Distribución del Tiempo de las Mujeres y Hombres en el Perú” realizado por Centrum Think, de Centrum PUCP enmarca dentro de la investigación aspectos relacionados a la inserción de la mujer en la actividad económica del país y en paralelo el tiempo que sigue brindando a las actividades no remuneradas como en el uso de su tiempo en actividades personales.
“Al analizar a mayor detalle las diferencias entre los hombres y mujeres, se evidencia la disparidad significativa entre ambos en el mercado laboral. Consideramos que el principal problema de las mujeres está centrado en la calidad de su empleo. El 55.2% de las mujeres que participan en el mercado laboral están subempleadas, versus el 34.3% de los hombres”, señala Beatrice Avolio, directora del Centro de Investigación en Liderazgo Socialmente Responsable, Mujer y Equidad de Centrum PUCP.
Participación de la mujer en el mercado laboral
Podemos evidenciar que las mujeres destinan un tercio de su tiempo a realizar las actividades productivas remuneradas (31.8%) y, destinan el 21.4% de su tiempo a la realización de actividades productivas no remuneradas mientras que los hombres destinan el 39.3% de su tiempo a realizar actividades productivas remuneradas y el 11.1% a actividades no remuneradas. Con ello, no solo tienen una menor disponibilidad de horas para la realización de actividades personales en comparación con los hombres, sino que también evidencian que cuentan con una menor oportunidad para participar de actividades productivas remuneradas en comparación con los hombres.
Por ejemplo, el uso de tiempo a nivel generacional es heterogéneo. Destaca el hecho de que las mujeres de entre 18 y 29 años, soportan una carga total de trabajo que no solo supera a la de los hombres en actividades productivas remuneradas, sino que continúan haciendo las mismas horas o más en actividades productivas no remuneradas. Sumado a ello, sus horas de actividades personales son similares a la de los hombres. En otras palabras, hacen mucho más que sus generaciones anteriores y su carga total de trabajo se ha incrementado.
“En todas las edades y sectores sociales, las mujeres se ocupan más de las actividades de cuidado y del hogar, además de mantener trabajo remunerado”, comenta Beatrice Avolio. Asimismo, agrega que se ha encontrado un incremento de la autoexigencia en las mujeres más jóvenes al salir al campo laborar y optar por estudiar. Esto podría traer potenciales consecuencias en su salud física y mental.
Conclusiones del Estudio
- Las mujeres, en promedio, reportan una mayor intensidad en su jornada laboral en comparación con los hombres (diariamente su jornada supera en 1.3 horas a la de los hombres) y destinan una mayor proporción de su tiempo a la realización de actividades que no le reditúan ingresos, restándole oportunidades de desarrollo y lograr un mayor bienestar.
- Las actividades no remuneradas como lo es el trabajo doméstico, usualmente invisibilizada, impacta finalmente en dos aspectos. Por un lado, en una mayor intensidad de la jornada laboral para la mujer y; por otro lado, en una precarización de su autonomía económica puesto que es más difícil insertarse en el mercado remunerado y potencialmente permanecer en él.
- Cabe destacar que las actividades productivas no remuneradas, centradas principalmente en el cuidado del hogar y actividades domésticas, se habrían amplificado con el confinamiento a causa del COVID-19, incidiendo indudablemente en una carga excesiva para la mujer, siendo mayor en el caso de los hogares con hijos menores y en edad escolar y con adultos mayores dependientes.
- La precariedad de la situación de la mujer en los trabajos productivos no remunerados, reflejados en una mayor carga de jornada y brecha, es mayor, conforme se pertenece a un nivel socioeconómico más bajo y conforme se tenga un menor nivel educativo.
- Sobre el uso del tiempo según los grupos de edad se identificó que las mujeres más jóvenes reportan una mayor intensidad en sus jornadas laborales remuneradas. Sin embargo, conforme se tienen más edad, progresivamente se va reduciendo, posiblemente porque se inician otras actividades como la maternidad, el tiempo destinado a la pareja, entre otros.
- Cuando se observa el nivel educativo, se encontró que el nivel alcanzado condiciona claramente las horas destinadas a las actividades productivas remuneradas. A ello se le agrega además que invierten menos horas en actividades productivas no remuneradas, ya que poseen mayores ingresos y posiblemente tengan trabajadoras que las apoyen en dichas actividades.
Visita el estudio completo en el siguiente link: https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/175322
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