Opinión
 
 

Para que una empresa pueda alcanzar la sostenibilidad, debe incorporarla en su dirección estratégica, estableciendo metas alineadas con la misión de la organización.

Los movimientos ambientalistas se han vuelto cada vez más comunes a medida que el cambio climático ha tenido efectos cada vez más impactantes, captando así la atención mundial. Sin embargo, si hemos de estar cerca a encontrar una solución al problema, esta debe de responder más que a una razón ambiental, sino que debe de buscar lograr la sostenibilidad de nuestros recursos y de nuestro planeta. 

Y aunque todos debemos aportar a la solución, una de las piezas clave para abordar este problema son las grandes empresas. Un estudio por McKinsey and Co. estimó que 63 de las 100 entidades económicas más grandes en el mundo eran corporaciones. No nos debe ocasionar asombro que las acciones de estas empresas, que siguen naturalmente un propósito económico, estén constantemente sometidas a la opinión de las personas, quienes esperan que estas asignen recursos para contribuir al desarrollo sostenible. Lo que quizás no comprendan las empresas es que no están solamente respondiendo a un deber social, sino que responden al deber de garantizar su propia supervivencia empresarial. 

Sin embargo, en muchos casos, las organizaciones solo abordan estos problemas cuando se vuelven prioritarios debido a cambios en la demanda de los consumidores o cuando un desastre climático muestra su urgencia. Para lograr un mundo sostenible, necesitamos de estrategias sostenibles. Y aquí radica la gran diferencia, ya que la sostenibilidad abarca no solo soluciones ecológicas, sino también aspectos culturales, sociales y económicos. Los aspectos de la economía verde, como los negocios ambientalmente responsables y las economías circulares, son parte fundamental de la respuesta los desafíos en sostenibilidad.

Para que una empresa pueda alcanzar la sostenibilidad, debe incorporarla en su dirección estratégica, estableciendo metas alineadas con la misión de la organización. Estas metas deben ser medibles y alcanzables, y deben reflejar la propia misión de la organización, generando compromiso entre sus miembros. En este proceso, el liderazgo desempeña un papel fundamental, ya que se requiere un liderazgo inspirador que guíe de manera firme y motive la transición hacia la sostenibilidad empresarial.

Artículo publicado en Radio Programas del Perú.

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