“Podríamos estar espectando el inicio de una mejor coordinada política monetaria y fiscal en el Perú, una buena noticia al fin”.
Por Kurt Burneo. Profesor de Centrum PUCP.
La semana pasada, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) acordó mantener la tasa de interés de referencia (llamada también de política monetaria) en 7,75% luego de 18 meses seguidos de alzas.
La razón principal para estas subidas es que el ente emisor, ante una tasa de elevación creciente de los precios en la economía (inflación), busca encarecer la tasa de interés, aumentado el costo crediticio, afectando adversamente el consumo, la inversión y así la demanda a fin de moderar la subida de precios, objetivo único del BCRP según su ley orgánica. Pero si la inflación a enero de este año es aún creciente con un 8,66% anualizada, ¿qué explicaría esta pausa? ¿Se acabaron estas alzas a futuro?
Comencemos por lo último. El BCRP señala que esta pausa no cancela la posibilidad de futuras alzas en la tasa de interés de referencia, condicionadas a los factores explicativos de la inflación, y los efectos macro de la inestabilidad social actual. Ejemplo: toma de carreteras que impiden transporte de bienes como combustibles o alimentos que originan desabastecimiento de oferta, escasez y subida de precios.
¿Y qué sobre la pausa en la subida de tasas del BCRP? Nótese que el problema inflacionario para nada está revertido. La tasa de inflación, a 12 meses, aumentó de 8,46% en diciembre de 2022 y a 8,66% en enero de 2023; por subidas de precios de alimentos producidos localmente a 12,93%, mientras que la tasa de inflación sin alimentos ni energía fue de 5,80%. Ambos indicadores se ubicaron bastante por encima del límite superior del rango meta de inflación (3%), habiéndose iniciado la tendencia inflacionaria alcista desde el segundo trimestre del 2021.
Explicación: la prudente decisión de no seguir elevando la tasa de interés nominal (7,75%) por el BCRP creo que respondió a descontinuar la sostenida afectación adversa sobre la demanda, la actividad económica y el empleo, dada la marcada desaceleración de estas variables, resultado de sucesivas alzas de las tasas de interés, en medio de una priorizada reducción de la inflación como objetivo de una política.
Aunque una mirada más técnica a lo ocurrido con la mantención de la tasa nominal en 7,75% es que, descontada la expectativa inflacionaria, la tasa de interés de referencia real se reduce a 3,13%.
Quizás, incluso, en línea con la prioridad puesta sobre la inflación —cuando menos en el último año y medio—, hasta el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) recomienda al Perú implementar un impulso fiscal moderado —léase limitada expansión del gasto— para ayudar a moderar la inflación también. Esta moderación recomendada cobraría sentido con el efecto expansivo de una reportada actual tasa de interés de referencia real descendente.
Por otro lado, si bien parte de la prioridad de enfrentar la inflación hoy responde a que es un complejo fenómeno a nivel global, con bancos centrales subiendo sus tasas de interés desde 2021, a veces también se sobresimplifica el análisis internacional comparativo de este fenómeno basándose solamente en su magnitud cuantitativa en términos absolutos, sin relevar factores explicativos que pueden ser bastante diferenciados.
Al final, con la pausa en la subida de la tasa de interés de referencia nominal por el BCRP (que implica, como ya dijimos, una expansiva menor tasa de interés real), podríamos estar espectando el inicio de una mejor coordinada política monetaria y fiscal en el Perú, una buena noticia al fin.